Tal cual. Siempre vamos con la mochila a reventar, ordenada, pero a reventar. Y cuando nació Greta, la segunda, tuvimos que comprar una mochila más grande. También es verdad que usábamos pañales de tela y ocupaban lo suyo, además que los sucios te los traes de vuelta a casa, así que nunca vuelves más ligera (Tal vez tengamos que escribir algún día sobre nuestra aventura con los pañales de tela….). Además de los pañales llevamos una bolsa con varias mudas de ropa para cada uno. Por otro lado, una bolsita con comida, ¡eso nunca puede faltar! Comida y agua. Y por último un pequeño neceser/botiquín de emergencia con alguna medicina y la bendita barra de árnica para los golpes y chichones, ja, ja, ja.
Aunque los accesorios han ido cambiando con el tiempo, evolucionando para adaptarse a las circunstancias de cada momento, a continuación, enumeramos el contenido optimizado actual para salir al mundo exterior.
Llevamos una mochila con varios compartimentos estratégicamente pensados:
– En los dos bolsillos laterales: una botella de agua rellenable en cada bolsillo.
– En el bolsillo de abajo: La ropa de recambio, pañales y toallitas.
– En la cremallera vertical de delante: un cambiador portátil, acostumbrado a posarse en cualquier superficie
– En el bolsillo central: toda la metralla: Bolsita de la comida (con fruta, frutos secos y tortitas), neceser/botiquín de emergencias, chaquetas, juguetes….varios… impredecible… Este bolsillo tiene dentro otro bolsillo transparente en el que llevamos las cintas transportadoras de bicis. Tu sabes ¿No?, cuando quieren llevar sus bicis tan monas pequeñitas y luego se cansan y las tienes que llevar tú, pues con esas cintas nos las colgamos y listo. Aunque la de Roberto ya es más grande y tiene que empezar a hacerse cargo…(entramos en fase de desriñonarse para ir empujando la bici hasta el coche)
– Bolsillo central posterior, (en la foto no se ve): solemos meter los chubasqueros, que por si no lo saben en La Laguna cuando menos te lo espera te llueve y si no el viento te congela.
Por supuesto siempre llevamos portabebés. Un plan apocalíptico que se precie no puede llevar carrito de bebés porque entorpecería toda la situación. Como ya son granditos usamos tula toddler, un portabebés ergonómico para niños que ya son más largos y pesan más (Puedes conseguir el tuyo aquí). Es verdad, que el carrito es muy cómodo en algunas situaciones, sobre todo con el peso que tiene ya, pero cada vez son menos las veces que necesitan ser porteados y cuando lo precisan los subimos a las mochilas y así nosotros podemos seguir subiendo escaleras y continuamos con las manos libres para poder partirle la cara a los zombies!
A veces Roberto y Greta necesitan llevar sus “periféricos”, en esos casos se encargan de coger sus propias mochilitas y llenarlas con lo que quieran llevar. Normalmente esto suele acabar con que la mochila terminamos cargándola nosotras también, entonces recurrimos al mosquetón que viste en la foto de la mochila de ataque. Con él enganchamos las mochilitas a la mochila grande, si no cabe dentro, y listo. Pero cada vez los tiempos se van alargando… (Pronto el post con los Gadgets de Roberto y Greta)
Bien, mochila de ataque y portabebés resueltos, pero también controlamos el equipamiento del coche. El coche se convierte en tu campamento base. ¡Allí tiene que haber de todo! Además del desastre infernal del asiento trasero donde se encuentran las sillas de seguridad, en nuestro caso dos sillas a contramarcha axkid minikid, y a parte del arsenal de cuentos, cochitos, dinosaurios, restos de comida, piedras y algún palo, en el maletero llevamos una caja de estas de plástico de frutería en la que tenemos: más ropa de recambio incluyendo zapatillas, más pañales, trapos y empapadores (si has vivido algún virus de vómitos, lo entenderás), una manta y bueno, en Canarias siempre siempre siempre llevas en el maletero del coche los rollos de la playa, aunque sea invierno y las cumbres estén nevadas. Qué suerte vivir aquí. (Por supuesto la bandeja del maletero es un segundo armario, siempre lleno de chaquetas, ropa, pijamas….de vez en cuando tenemos que hacer limpia).
Si el plan del día no está claro, entonces añadimos a la mochila de ataque una mochila nevera, en la que nos llevamos la comida. No hay nada peor que llegue la hora de comer y no tener nada… en ese caso tus hij@s son los que se convierten en zombies trepadores de padres y madres los cuales tienen que buscar un lugar para comer o acabar comprando cualquier cosa en un bar. Tampoco pasaría nada, pero nos gusta evitar estas situaciones sobretodo porque realmente nuestros planes tiran más para lugares donde tal vez no haya un bar, nos gusta ser autónomas para, si de repente se tercia, nos vamos al monte y acabamos comiendo entre los árboles. Si vamos con la furgo, incluso llevamos comida para calentar, y si no cualquier comida que pueda comerse fría.
Y este es nuestro equipamiento cuando salimos de casa. Mucha otra gente sale sin todo esto y se sobrevive, eh? Pero así somos, nos gusta ir preparadas, que las situaciones descontroladas vienen igualmente, pero la parte que podemos llevar cubierta, pues lo intentamos. También es nuestra manera de no gastar, o gastar menos, llevando de casa la merienda y esas cositas que en la calle son más caras.
Y tú, ¿eres de las personas que llevan la mochila bien equipada o de las que viven al límite? Mira a ver que vas a hacer el día que de verdad lleguen los zombies. 😆
Te dejamos aquí algunas alternativas para estar prevenido ante el apocalipsis Zombie:
– portabebes toddler ergonómico:
Esperamos que con esto, salir a la calle sea practico a la vez que útil!
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