Llevábamos varios días buscado un lugar al aire libre en la ciudad de Chiang Mai en el que los niños pudieran jugar y estaba siendo difícil. Nos dicen que los tailandeses prefieren lugares en el interior, tal vez sea por las lluvias. Sin embargo, en nuestra búsqueda de zonas verdes cerca de casa encontramos un parque al lado del Centro de Convenciones de la Universidad.

No era un parque con zona infantil, pero era un lugar con árboles cruzado por un pequeño canal y aparatos para hacer ejercicio. Vimos pájaros y una ardilla, y los niños pudieron jugar un poco con la tierra. (pincha para ampliar las imágenes).

Aún así, en estos días en los que estamos un poco haciéndonos a la ciudad, a movernos por ella e investigando qué vamos a hacer en los próximos meses, era necesario bajar al único parque con zona infantil que encontramos y del que todo el mundo nos hablaba cuando preguntábamos. Así que ayer, después de comer y fabricar unas palas con las garrafas de leche, salimos a la calle y nos fuimos al parque al otro lado de la ciudad, yujuuu! También fue nuestra primera experiencia con la aplicación para el teléfono Grab, mediante la cual ves los taxis que hay por la zona, introduces dónde deben recogerte, dónde vas a bajarte y te dan el precio que te va a costar. Nos ha encantado. Y que casualidad que la conductora que nos recogió era nuestra vecina! justo unos minutos antes bajó con nosotros en el ascensor y estuvimos hablando. Durante el trayecto nos contó que en su cultura los niños son cuidados por los abuelos porque los padres no tienen tiempo ya que están trabajando todo el día. No es muy diferente a nuestra cultura.

Llegamos al parque y tras recorrer la zona ajardinada con fuentes y puentes, visualizamos a lo lejos los colores característicos de las zonas infantiles, los columpios, los juegos!! Roberto y Greta salieron corriendo y los perdimos de vista. Tras explorar todo lo que allí había, sacaron sus dinosaurios y las palas y pasaron largo rato jugando con la tierra y haciendo excavaciones.

Y también tuvieron la posibilidad de relacionarse con los niños del parque, y ser columpiados por un papá paciente que empujaba aquella esfera  giratoria de barrotes metálicos y que incluso siguió empujando a Greta cuando los demás niños se cansaron y se fueron ja,ja,ja.

Tuvieron también su pequeña conversación en Tai-Greta idioma ,ja ,ja ,ja ,ja. Una niña regaló a Roberto un dinosaurio, otro para la colección! Más tarde apareció por allí una pareja y nos saludaron en español. Resulto ser una familia Francesa-Alemana, pero ella también hablaba un pelín de Español.

Después de charlar un rato y contar que estamos viajando, siempre la pregunta ¿y el cole de los niños? Comenzamos a hablar del tema y resultaron muy interesados ya que ellos tenían un plan de vender todas sus cosas y comprar una furgoneta para viajar por Europa….. mmm que familiar nos resultó! ja,ja,ja,ja. Es tan curioso descubrir como tantas familias se plantean algo diferente. Tras compartir un ratito de charla y un poquito de helado, quedamos en la posibilidad de vernos otro día.

Y así poco a poco van pasando los primeros días de nuestra vida en Chiang Mai.
Seguimos explorando la ciudad.

 

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