Antes de salir de Tenerife cuando contábamos lo que íbamos a hacer de dejarlo “todo” e irnos de viaje,  y ahora durante la ruta cuando decimos que estamos viajando, enseguida los ojos se desvían hacia los niños mientras sale la pregunta: “y los niños, ¿no van al cole?”.

Es lo que más preocupa. El colegio. Hablas de viajar, ver mundo, experimentar, estar con papá y mamá todo el tiempo, pero ¿Y el cole? Aunque sean menores de 6 años (edad de escolarización obligatoria en España), porque nos ha sorprendido averiguar, que muchas personas creen que la educación es obligatoria desde los tres años…
Es curioso cómo seguimos todos los patrones sin cuestionarnos nada. Es así. Se ha hecho así toda la vida. Y no te planteas nada más. Las mamás lo pasamos mal cuando llega la separación con el bebé a las 16 semanas y se acaba la baja de maternidad, pero tranquila, ellos se acostumbran rápido, lo pasas tú peor que ellos, etc, etc. La sociedad te dice cómo debes sentirte, normaliza que vayas contra tu instinto y contra natura. Te anestesias. Y sigues caminando.

 La sociedad te dice cómo debes debes sentirte, normaliza que silencies tu instinto. Te anestesias y sigues caminando. Share on X

También nos dicen ¿Y la educación? Bueno, habría que ver qué entiende cada uno por educación. ¿La educación académica? ¿El currículo que marca el ministerio?

Los adultos siempre tenemos prisa, estamos tan ocupados esperando que el niño haga “lo que le toca para su edad”, haciendo incluso que lleguen a perseguir esas metas frustrándose muchas veces porque no es su momento, que dejamos de escucharles, ya no les dejamos ser, sino que les guiamos en lo que queremos que sean, o lo que la sociedad quiere que seamos. Lo hacemos involuntariamente, porque todos a nuestro alrededor también lo verbalizan, desde que nacen: ¿Ya tiene algún diente?, ¿Todavía no camina? ¿Todavía lleva pañal?, ¿Ya sabe leer? ¿qué quieres ser de mayor?😱…. No les dejamos ser niños, sino que les hacemos que sientan la necesidad de crecer, de siempre tener que ser más para ser aceptados, incluso para tener la sonrisa de mamá y papá, ofreciéndoles sin darnos cuenta, un amor condicionado.
Nos preocupa que no sepan inglés, sin embargo les gritamos y les resolvemos los conflictos. Les damos clases de educación emocional con código de colores, caritas sonrientes, tristes y enfadadas, pero “no llores que te pones fe@”….

 Les damos clases de educación emocional con código de colores, caritas sonrientes, tristes y enfadadas, pero -no llores que te pones fe@- Share on X

 Cada vez más, las familias empiezan a priorizar en una crianza más consciente, que respete los ritmos de los niños , escuchando sus intereses y estando presentes y atentos para poder acompañarlos en ellos. Empezamos a trabajar en comunicación no violenta y en acompañar desde el amor, sin amenazas, sin castigos, sin juicio. ¿Te suena? ¿Es la primera vez que lees alguno de estos términos? Te animo a investigarlos, te sorprenderás como poco, te maravillará como mucho y descubrirás que ¡Vaya! tienes que re-aprender muchas cosas para llevar a cabo la mayoría de ellas. Y entonces te encuentras re-educándote a ti mism@ para poder acompañar a tus hijos en su propio crecimiento…

En este punto, la educación académica como tal pasa instantáneamente a un segundo plano y entra en valor el concederles el tiempo que les corresponde como niños. Tiempo para el juego libre, para pasar en familia, en la naturaleza, para estar descalzos y para ensuciarse! Tiempo para descubrirse, saber quiénes son, pedir lo que quieren,  decir lo que no quieren, aprender a gestionar su tiempo, sus relaciones y resolver sus conflictos. Sí, todo eso que se supone que los adultos deberíamos saber hacer, pero no. Eso es lo importante, crear personas que sepan hacerse cargo de sus propias emociones, relaciones y necesidades, y extrapolando esto, tienes personas autónomas en cualquier sentido de sus vidas, con la curiosidad, la creatividad y motivación intactas, fuente de la energía necesaria para que ocurra el aprendizaje.

Cuando llegas aquí ves que en el día a día no hay separación entre el tiempo de aprender y el resto del tiempo, porque ¡todo ocurre a la vez!. La vida es un continuo… y de repente eres unschooler. ¡PAM! La etiqueta, solo para entendernos, ja,ja,ja. Pero como todo, es un proceso, y es un proceso de los adultos, no de los niños. Y nunca termina, bueno… tal vez cuando los niños tengan vidas independientes a la nuestras.

No hay separación entre el tiempo para parender y el resto del tiempo porque todo ocurre a la vez Share on X

No hay método o pasos a seguir, sino el de la escucha activa y la observación, el de dar, facilitar y acompañar. El respeto, diálogo y el ejemplo. No hay método, es una actitud y por tanto, se convierte en un modo de vida. Aprendizaje constante e investigación continua. En todos sitios hay ciencia, historia, geografía y matemáticas. Y ellos tienen muuuuchas preguntas, las posibilidades son infinitas! Nadie te dice qué toca aprender cada día ni se pone un tiempo limitado para ello. 

El unschooling no es un método, es una actitud, una manera de estar, de relacionarse. Es un modo de vida Share on X

¿Y cómo aprenden? Nos preguntan. A nosotros nos sorprende.  Cualquiera que conviva con niños sabe que lo difícil es no aprender. Desde que nacen, tiene una curiosidad gigante y treinta mil preguntas al día. En cómo recibas tú esas preguntas y cómo las respondas está el quid de la cuestión, pero ellos, niñas y niños, nacen científicos. Muchos padres nos han manifestado que no saben responder todas las preguntas que les hacen sus hijos. Muy bien, no pasa nada porque no se trata de darles las soluciones, solo el material necesario para encontrar las respuestas junto a ellos. Cuando no sabemos algo lo buscamos con ellos, eso es lo que están absorbiendo, aprender a aprender lo que ellos quieren. Y entonces, al escuchar todas sus preguntas encontramos que al hacer un bizcocho, por ejemplo, puedes terminar hablando de matemáticas, química, física, biología e incluso de historia (por si lo que te preocupaba eran los contenidos😅). Ellos tienen intereses y cuando los escuchas y los acompañas es alucinante lo que pasa. Se sienten escuchados y acompañados en SU empresa y esto no solo trae conocimiento sino que además estás dándole seguridad y confianza a la hora de preguntar o pedir, y a la vez está aprendiendo que la información está disponible y todos somos autónomos para ir a buscarla ya sea en libros, internet o personas. Suelen tener motivaciones muy claras y fuertes y una creatividad pasmosa para hacer inventos, juegos e incluso cocina creativa. Además, si respetamos sus tiempos y les acompañamos, cuando van siendo más grandes, dedican mucho tiempo a aquello que les interesa, se vuelven expertos en esos temas que les motivan, la motivación es imparable.

Más allá de conceptos y conocimiento, la escucha activa, el no juicio y el acompañamiento de todas sus emociones (que no el distraerlos para que un malestar pase sin hablar de él), hace que niños y niñas a edades tempranas tengan conciencia sobre lo que les pasa, lo que sienten y sepan verbalizarlo, además de desarrollar de manera natural, porque lo copian de lo adultos, la capacidad de dialogar para resolver conflictos e incluso mediarlos. Por eso para nosotros el cambio social está aquí, en la crianza y educación. En cada casa, en cada escuela y en cada uno de nosotros.

El cambio social está en la crianza consciente y la educación no directiva Share on X

Para nosotros este planteamiento no tiene límite de edad, es una crianza, crecimiento y educación a medida, de 0 a 100 años!

¿Y si sale mal? En nuestro viaje hemos asistido a diferentes encuentros y festivales tanto nacionales como internacionales y hemos podido escuchar y hablar con ya adultos que fueron criados y educados en casa, en escuelas libres, democráticas e incluso viajando. Escuchar hablar a estas personas te hace respirar muy profundo, como de emoción, te llena de… esperanza! y te hace pensar: esto es real! Entonces nos dicen: “claro, pero esos son los casos que salieron bien”. Pero ¿Qué sería salir mal?, que el niño o adolescente quiera ir al cole o al instituto?, pues adelante! se trata de eso, de escucharles y ofrecer opciones. De hecho pasa, muchos adolescentes quieren probar entre los 11-13 años, ir a clases y algunos se enganchan y otros después de una temporada deciden que no, que prefieren seguir fuera de la escuela tradicional, claro que esto último solo lo escuchamos de personas no españolas, en España no es tan evidente desescolarizar, aunque hay casos que pueden darse.

¿Qué diferencia hay con el homeschooling?¿Hay más opciones?  A continuación te dejo una pequeña definición de diferentes opciones educativas o de crianza:

      La educación tradicional es la que hemos seguido la gran mayoría de nosotros. La que sigue el currículo que marca el ministerio de educación.

      Educación a distancia por el CIDEAD (Centro integrado de Enseñanzas regladas a distancia) que proporciona atención educativa de educación básica y secundaria a los ciudadanos españoles en el exterior o a aquellas personas que aun residiendo en el territorio nacional se ven imposibilitadas para recibir educación a través del régimen ordinario.

      El homeschooling, la educación en casa. En general sería la misma educación tradicional, siguiendo el currículo, pero enseñada en casa. También seguir cualquier pedagogía o método dirigido, con temarios y  contenidos establecidos. Esta forma permite en cierta manera, ir un poco más al ritmo del niño y tener, por supuesto, una atención personalizada, con horarios a definir por la familia.

      El unschooling, la educación sin escuela. Se guía por los intereses y motivaciones del niño. El aprendizaje es espontáneo, está en todos lados y no se separa el tiempo para aprender del resto de las cosas que pasan en el día, porque en todas partes hay material potencial y los niños hacen preguntas y tienen intereses. Son los padres y los acompañantes, si van a algún proyecto educativo en la línea, los que están atentos para acompañar ese interés y la búsqueda de información. Es por esto que esta modalidad usualmente pasa a ser un estilo de vida.

En el homeschooling  se pretende enseñar a los niños y en el unschooling, ayudar a aprender, involucrándose de manera activa pero sin dirigir su aprendizaje.

      Radical unschooling. Cuando el unschooling se extiende a todos los ámbitos de la vida: no hay una hora estricta de ir a dormir, ni tiempo de pantalla limitado, horas de comer… y así con todo, en línea con la crianza consciente.

      Worldschooling, el mundo por escuela. Esto puede hacerse de muchas maneras y puede incluir todas las posibilidades anteriores. Pueden ser familias que viven viajando sin un lugar base. O tener un lugar base al que vuelven de vez en cuando, o vivir en un lugar y salir de viaje de vez en cuando. Tampoco sería necesario viajar mucho ya que hay más opciones para conocer diferentes culturas como puede ser a través de la comida, el cine, alojando a familias foráneas en tu casa, o haciéndoles de guía en tu ciudad. En el worldschooling los niños y niñas crecen en contacto con culturas diversas, maneras de comunicarse y de hablarse, variadas religiones, festejos y tradiciones, desarrollando  una riqueza de experiencia multicultural, de cosmovisiones y de diversidad, así como la adquisición de habilidades para relacionarse, para buscar y encontrar su lugar allí donde vayan. Puedes leer más sobre worldschooling aquí.

Quedan preguntas en el tintero, las que nos hacemos todas las familias cuando entramos en contacto con estos modelos educativos: ¿Es legal?, ¿Podrá ir a la universidad?,¿Cómo socializan con otros niños?…

 Puedes leer las respuestas en la siguiente entrada Unschooling (Parte2): Tdas esas preguntas.

Además:

LEGALIDAD DEL HOMESCHOOLING

La ley española de educación establece la obligación de escolarizar a todos los niños entre los 6 y los 16 años de edad. Y, sin embargo, miles de familias en todo el país educan a sus hijos sin escuela. Esto nos plantea la duda: ¿es legal educar en casa en España? La situación es ciertamente compleja y conviene estar bien informado antes de tomar ninguna decisión el respecto.

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